El juguete que pasó mas tiempo conmigo de pequeña, era un pequeño oso marrón fuerte, suave, blando y sedoso con un loza marrón claro alrededor del cuello. Tenía el hocico más claro, la nariz y los ojos negros brillantes. Dormía conmigo toda las noches y me esperaba sobre mi almohada cuando volvía del colegio.
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